lunes, 19 de octubre de 2009

a La Negra

Palabras leidas el 16 de octubre en el emotivo homenaje  que le hicimos a la gran tucumana en la Libreria Isla en Río Piedras...

 

“Levántate Cagón, que aquí canto una Argentina….”

 

 

Chemi González

 

Un domingo en aquel inolvidable programa de radio que pasa la 88.9  “Canto Libre” liderado por el profesor Edgardo Prats y Jorge Medina  corría el 1988 y una mujer llama a Jorge en el programa haciendo la siguiente pregunta: “¿En que contexto histórico Violeta Parra escribe la canción La Carta?” Jorge se queda atónito y pregunta la razón del cuestionamiento. La mujer hace la pregunta motivada por su hijo que desea una respuesta. Jorge pregunta que edad tiene el niño, 5 años responde la madre, de mas esta decir que la madre era mi madre y el niño era yo. Yo respondía a mi fascinación por uno de los muchos viniles que en mi casa habían de Mercedes Sosa y que escuche siempre maravillado. Contenían palabras que en ese momento yo no entendía. Pero esas palabras como tantas otras cantadas por la voz de Latinoamérica pasaron de mi inconciente a mi subconsciente cuando logre entender las cosas por mi mismo. Y como un niño criado en la militancia irremediable se convirtieron en ejemplo, en declaraciones de principios muchas veces mas grandes que la vida misma.

Aparte de las voces de mis padres, las voces que probablemente mas recuerdo de mi niñez serían las de Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Pablo Milanes, Soledad Bravo, Joan Manuel Serrat y Víctor Jara. Fui criado rodeado por la mejor literatura escrita en este planeta a través de la biblioteca de mi padre y con la mejor música a través de los discos de mis padres. Nunca la nueva canción ni el folklore latinoamericano me parecieron ajenos y distintos porque para mi mientras crecía eso era música. Muchas veces en mi proceso de crecimiento me pregunte si eso era algo que era normal, porque parecía que no a mucha gente a mi alrededor las habían criado de esa manera. Pero ahora con la cercanía de la muerte de Mercedes hablo con los que conformaron la generación de mi madre, con los que despertaron políticamente a través de esas canciones y comprendo que me rodeaban de esas canciones por lo mismo, para que yo aprendiera y formara mi conciencia en torno a ellas. Rodeaban a uno de belleza, de energía creadora, de poesía y de ideología. No solo aprendí a escuchar y apreciar la zamba y la chacarera desde la cuna, sino que desde la cuna aprendí a apreciar sin saberlo y a exponerme a la poesía de Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Armando Tejada Gomez, Hamlet Lima Quintana, Oscar “Cuchi” Leguizamon, María Elena Walsh, Milton Nascimento…de tantos, a través de esa inquebrantable voz de la negra tucumana. Nunca compuso una línea, pero Mercedes tenia una sensibilidad e inteligencia tal a la hora de escoger su repertorio que su corpus es mas coherente y solidó que el de muchos que si componen lo que cantan.

La música de Mercedes me hacía sentir desde pequeño y sin  percibirlo que yo era parte de algo importante. El proceso de liberación del continente latinoamericano. Un continente al que solo me sentí apartado luego en mi crecimiento, ya que de niño nunca me sentí que fuese otra cosa que no fuese latinoamericano,  aunque la colonia nos enfrente  al crecer y constantemente nos diga lo contrario. A los 4 o 5 años ya yo tenía un repertorio extenso de canciones de La Negra que cantaba incesantemente en mi casa o donde sea que me las pidiesen- mi timidez llego después- estas incluyen: Pollerita Colorada, La Flor Azul, El Jardín de la Republica, Juanito Laguna Remonta un Barrilete, Entre a mi Pago sin Golpear, Me Voy pal Mollar, Canción y Huayno, Canción Para Carito, Galopa Murrieta, Arriba Quemando el Sol, La Arenosa y tantas otras. Cualquier día con varias cervezas en el sistema podría cantárselas, todavía me las se de memoria Y son canciones que me han acompañado desde entonces, porque son tan necesarias y urgentes que se pueden sacar del saco de recuerdos en cualquier momento. Por ejemplo, el 23 de septiembre del 2005 cuando me entere del asesinato de Filiberto lo primero que hice fue escuchar a toda boca en mi casa Hasta La Victoria, canción del uruguayo Aníbal Sampayo sobre El  Che Guevara y que habla de “Ramón, aquel que nunca morirá, que tiembla el verdugo opresor, el buitre insaciable del mal, detrás de la muerte yo soy, Ramón, la victoria final” interpretada por la garganta inefable de Mercedes. Y para no ir muy lejos, el lunes pasado, cuando le quebrantaron a los estudiantes el derecho de entrar a su universidad por una semana, resonó el “Corazón de Estudiante de Milton Nascimento a través de Mercedes mas que nunca.-la prefiero a la mas conocida Me Gustan los Estudiantes de Violeta.- Ayer en la marcha otra canción apareció en mi memoria “El Otro País” de Teresa Parodi, el otro país que despierta a los atropellos y se levanta aunque los trogloditas del capitolio no lo validen y no quieran verlo. Lo mas hermoso de esa garganta es que como en la canción “nunca morirá” y confío que las canciones de Mercedes nos acompañaran en nuestra información personal e ideológica por el resto de las vidas de todos los que hemos sido tocados por ella.

 Tuve la suerte de ser tocado por ella en forma mas literal: a pesar de mis 5 años nunca olvidare a esa mujer imponenente abriendo su concierto en Bellas Artes con la mejor interpretación de Todavía Cantamos de Víctor Heredia que tengo memoria. Esa emoción volvió a repetirse en 1991 cuando se levanto de su silla para entonar el Taki Ongoy también de Víctor Heredia con una fuerza que parecía invitar a una competencia de pulseo a la vida y la muerte. Un año después en su concierto con Lucecita Benítez- una verdadera muestra de interpretación de dos de nuestras mas excelsas cantoras- tuve la oportunidad de compartir con ella, este muchachito fue puesto en la falda de Mercedes a sus 10 años y esta como la gran pachamama que era lo lleno de besos y abrazos y le dijo a mi hermana que yo era un niño hermoso. Yo sentí una protección enorme de otra enorme madre . Después tuve la oportunidad de verla en vivo en dos ocasiones mas. Pero esos primeros 3 conciertos marcaron mas porque en ellos Mercedes conservaba todavía todo el esplendor de su voz, que después del disco con Charly García mermo un poco en fuerza.

La voz de Mercedes fue una que siempre sirvió a causas justas, que propulso con su canto tantas causas desconocidas por mucho: la lucha de los indígenas latinoamericanos por su dignidad, la lucha de los sin tierra, de los niños en las calles, del quehacer político desde el exilio, de la dignidad ante todo. Son tantos los himnos de lucha, canciones combatientes y declaraciones de principios en voz de Mercedes que como ella misma cantaba “no los puedo contar” pero cuando escucho su voz fiera y guerrera interpretando: “Una Canción Posible”, “Cuando Tenga la Tierra”; “Hermano Dame tu Mano”;  “Honrar La Vida”; “Los Hermanos”, “Hasta la Victoria”, “Cantor de Oficio”; Cinco Siglos Igual”, “Guitarra Enlunarada”; “Fuego en Anymana”, “Hombre en el Tiempo” “Tonada de Manuel Rodríguez”, “Retrato”; “Sobreviviendo”; “Juana Azurduy”; “Según el Favor del Viento”, “Los Pueblos de Gesto Antiguo”; “Sube, Sube, Sube”, “Inconciente Colectivo”, “Plegaria a un Labrador”; “Taki Ongoy”;“Canción Para mi América”, “Venas Abiertas” , “Zamba de los Humildes” “Todavía Cantamos”,  “Galopa Murrieta” “El Olvidau” y tantas otras no me cansan de provocar. No son solo un llamado al pensamiento, son un claro llamado a la acción. La voz de Mercedes es mandato. Nos revuelca, y como si fuera poco también nos revuelca de otras formas, la Mercedes nostálgica y melancólica de “ Las Estatuas”; “Barco Quieto”; “ Cuando Estoy Triste” “Oh Melancolía”-  la mejor interpretación que hizo de Silvio Rodríguez-  “Parte del Aire”, “Cuando me Acuerdo de mi País”, “Canción Para Carito”, “Madre de Madres”, “Marrón”, “Los Mareados” “Azul y Blanco en mi Corazón” la folklórica y festiva en “El Jardín de la Republica” “Viva Jujuy” “Solo Pa Bailarla” “Pollerita Colorada”, “Agüita Demorada”, “Canción y Huayno” la que celebra el amor como fuerza de cambio sobre todas las cosas y la vida como respuesta en “Yo Vengo a Ofrecer mi Corazón”, “Todo Cambia”; “Razón de Vivir”, “Volver a los 17”, “ Y Dale Alegría a mi Corazón”, “Hablando a tu Corazón” “Solo se Trata de Vivir”, “Himno a mi Corazón”, “Todo a Pulmón”, “María María” Hay una Mercedes para todos, 600 canciones grabadas no es menudo legado.

Aunque en sus discos de los 60 y 70 se puede encontrar a la mejor Mercedes en términos vocales no es cierto que esos discos de irrevocable vocación folklórica no suelten atisbos de la autentica artista desprejuiciada que Mercedes Sosa fue. En Mujeres Argentinas su obra maestra de 1969 ya hay un clavicordio y atisbos  de música clásica atentando e introduciéndose en las formas tradicionales del folclor- no por nada Charly García se ha referido constantemente a ese pionero trabajo de la Negra como uno de los mejores discos de la música argentina-. En su disco de 1973 Hasta la Victoria incluye un tema “Juancito Caminador”, poema de Raúl González Tuñon, que canta al estilo de cabaret alemán de los años 20. Las cuerdas y los vientos  se encuentran por todos lados también en sus discos desde entonces y en 1976 graba el “Drume Negrita” de Bola de Nieve. En 1982 se produce el milagro gracias a su apertura musical total que ocurre en su exilio y en su repertorio empiezan a aflorar temas ya no solo argentinos y chilenos como era su costumbre, sino de compositores como Silvio Rodríguez, Pablo Milanes, Milton Nascimento y chamaquitos jóvenes argentinos como Víctor Heredia, León Gieco y Charly García. Mercedes misma explicaba que su apertura musical se debió a su descubrimiento de la música de Los Beatles en pleno exilio en Madrid al ver la película Yellow Submarine y de golpe darse cuenta de sus propios prejuicios. Se encargo entonces de escuchar a los nuevos compositores argentinos y a grabar canciones de rock, tango, jazz y otros géneros hasta entonces ajenos. Descubrió en Charly García un amigo y colaborador vitalicio con quien grabo un disco entero Alta Fidelidad que rompió esquemas dentro de la música popular argentina y permitió que nuevas generaciones la descubrieran. Ella hizo también eso viceversa ya que por ejemplo yo mismo descubro a Charly García , Fito Páez y el movimiento del rock argentino gracias a sus interpretaciones. Charly y Fito fueron los compositores que quizás mas se identifican con ella pero también grabo a David Lebon, Pedro Aznar, Alejandro Lerner, Litto Nebbia, Miguel Abuelo, Luís Alberto Spinetta y Gustavo Cerati y en sus últimos años cuando se le solía preguntar por sus canciones favoritas solía nombrar las composiciones de los rockeros. Estremeció al mundo cuando en 2005 declaro a Alta Fidelidad el disco favorito de los que había grabado hasta entonces. Ya lo había hecho en el festival de música folklórica de Cosquin, una institución de la música argentina, en 1997 cuando rompió con amigos de vida como Horacio Guaraní- autor de Si se Calla el Cantor- y otros folkloristas por invitar a su querido Charly García a compartir escenario con ella, y “denigrar” el escenario de Cosquin con un rockero. Del tiro se creo otro festival Cosquin Rock y Mercedes se convirtió en la primera artista que poco tiempo después figuraría en el programa de ambos festivales.

 

Fue una amargura añadida la muerte de Mercedes a lo que esta pasando nuestra isla en estos días. La situación que confrontamos me ha hecho cuestionar muchas posiciones que tengo tanto como ciudadano y como creador. La muerte de Mercedes la  sentí y llore tan fuertemente como la de un ser querido y cercano me hizo darme cuenta que efectivamente ella era un ser querido y cercano. Una maestra en cuanto a ser mejor artista y ser humano, a conservar nuestra dignidad pese a todo y a nunca quedarnos callados a defender la injusticia. La garganta de Mercedes me estremeció como ser humano y como artista me reafirma una y mil veces una verdad vital: El arte sin compromiso, es nulo, es vacío, es el que no necesitamos en estos momentos en donde el arte debe representar la verdad y reafirmar nuestra conciencia como pueblo. 

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